Nombre: La borra del café
Autor: Mario Benedetti
Autor: Mario Benedetti
Año: 1992
Editorial: Booket (Edición de Bolsillo de Planeta)
ISBN: 978-987-580-183-7
N° de páginas: 208
Género: Novela. Ficción. Drama. Clásico. Latinoamericano.
Sinopsis: Novela inolvidable, donde el humor y el amor a los seres humanos se convierte en reflejo de cualquiera de nosotros, por eso el lector se reconoce en este universo literario construido desde la memoria y la poesía. La borra de café consta de cuarenta y ocho fragmentos y un enigma desarrollado en la imagen misteriosa de una mujer, la presencia de una higuera y la reiteración a lo largo de los años de una hora, las tres y diez.
Benedetti rescata, en un espacio de ensueño, las anécdotas que acompañaron a Claudio, el protagonista, durante su niñez en Montevideo.
Los juegos infantiles, la ceguera de su amigo Mateo, la inesperada muerte de su madre, el traslado a otro barrio, la nueva boda de su padre, su propio descubrimiento del amor y del sexo. Y presidiendo todo el recuerdo, el espacio mítico por excelencia: la casa, la identidad, la patria.
Las diferentes ceremonias de las despedidas son retratadas aquí, con maestría inigualable, por el escritor uruguayo.
La Borra de café es la historia de Claudio Alberto Dionisio Fermín Nepomuceno Umberto sin hache, sí una "larguísima identidad" la de nuestro protagonista :)
Es la historia de un montevideano más, desde su infancia hasta ya su joven adultez, contada desde su propia perspectiva, a veces desde la visión de un tercero omnipresente y otras a través de las anotaciones en los borradores del padre de Claudio.
A través de esta historia conocemos a Claudio desde su infancia, las diversas mudanzas que hacía su familia, el micromundo que era para Claudio el barrio Capurro (un barrio de Montevideo) junto a sus amigos, la visión del mundo desde la mirada de un niño. Cómo veían que los adultos eran diferentes a ellos, cómo se asombraban de cosas que para ellos no tenían ningún sentido (como el Graf Zeppelin alemán, maravilla para los adultos, y una "butifarra plateada" para los niños), mientras que ellos descubrían un cadáver en medio de un Parque.
Su infancia me hizo acordar a la mía, esas infancias en las que uno jugaba con el grupo de amigos, en la cuadra de nuestras casas, hasta tarde, y cuando comenzaba a anochecer papá o mamá nos llamaban desde el portón para avisarnos que ya era hora de volver a casa, el clásico grito "¡A comeer!". Una infancia en la que nos conformábamos con poco, jugábamos al almacén (con piedras como monedas y pedíamos a nuestros padres paquetes de cosas de cocina ya vacíos), jugábamos a la mancha, a la escondida, jugábamos carreras, a carreras de bicicletas o a las muñecas (aunque no era muy frecuente en mi niñez), o simplemente nos sentábamos en algún muro a ver la gente pasar y hablar de nuestra visión de la vida.
También, el capítulo "Voces lejanas" me hizo recordar a cuando a mi padre le había dado la fiebre del radioaficionado, tenía los auriculares y la radio estaba prendida siempre, escuchando voces extrañas, lejanas y en diferentes idiomas.
Es una novela que a todo el que la lea le va a atraer recuerdos de su propia infancia y/o vida y evocarla como a un dulce recuerdo, incluso a tratar de recordarla lo más detalladamente posible, recordar nombres, lugares, cosas de aquélla época.
Luego vemos cómo empiezan a darse ciertos acontecimientos que delinean la entrada a la adolescencia y el adiós a la infancia. En Claudio resulta una etapa dura, díficil, pero una etapa al fin. Una etapa en la que su infancia comienza a ser un recuerdo. Empieza a ir al liceo (la escuela secundaria), su padre la da la llave de la casa, y comienza a utilizar el ómnibus sólo; comienza a conformarse una personalidad y a conocer Montevideo por su cuenta y no ya sólo su barrio, su micromundo. Comienza a descubrir el mundo del sexo, el amor y el futuro ("qué voy a hacer de mi futuro").
Y poco a poco va haciéndose su lugar en el mundo, su propia personalidad, sus propios intereses. Comienza a acercarse a personas que tal vez nunca le habían llamado la atención, como el caso de su tío Edmundo, quien lo adentra en el conocimiento de la política y la filosofía, quien le muestra cómo ser crítico frente a la vida. O cómo va relacionándose con su padre y su hermana de forma diferente, ya no cómo un niño, sino un adulto que tiene su propia opinión de la vida y la capacidad de la toma de decisiones. Todo esto hasta hacerse un adulto y seguir con su vida, ya que la novela no trata sobre "LA VIDA DE CLAUDIO" sino de un período de tiempo relativamente breve, sólo el período de crecimiento y de formación de Claudio, un período que se nos hace ameno y cercano porque, de igual manera o algo diferente, todos hemos pasado por esos períodos como lo son la infancia, la adolescencia y nuestro pasaje a la adultez.
(SPOILER) Y por último, quiero comentar mi teoría sobre el personaje de Rita (cada vez que leía el nombre me acordaba de Carminha, de la Telenovela "Avenida Brasil" gritando "¡la culpa es de
Rita!"). Para mi, durante toda la novela fue un misterio, aparecía así como así, no sé cómo hacía para localizar a Claudio, pero lo hacía y lograba darle vuelta la cabeza.
Bueno, sus apariciones eran esporádicas, pero van dejando huella en el personaje.
Entonces...mi idea es que Rita es la representación de la Muerte para Claudio, es como un miedo aceptado inconscientemente para él.
¿Por qué digo esto? Es que Rita tiene su primer aparición exactamente luego de la muerte de la madre de Claudio, la persona más importante para él, la alegría de la casa de toda la familia, y Claudio era sólo un niño. Me imagino que el fallecimiento de una madre, y principalmente a una edad temprana, deja huella. Entonces, de alguna forma Claudio, inconscientemente, proyecta su miedo a la Muerte en Rita. Rita es ése ser que lo apoya, que tiene gestos dulces con él, la primera que le brinda una explicación sobre la Muerte, la que lo cautiva, lo confunde.
Pero, esta hipótesis se me ocurrió al final, cuando Claudio sube al avión, rumbo a Quito. Allí vuelve a encontrarse con Rita, pero esta Rita parece más siniestra. Resulta que Rita estuvo en todos los acontecimientos relacionados con la Muerte, el Dandy, la madre de Claudio, una casa que no existe, y todo un montón de incógnitas que envuelven a Rita.
Y en el último minuto, cuando Claudio despierta y se encuentra con otra azafata, él logra superar ése miedo a la Muerte...porque ha logrado encontrar a Mariana, el amor de su vida, su ancla, ha logrado comprender las muertes que han ocurrido a lo largo de su vida y ha logrado confrontar la vida tal y como es. Espero sepan comprender mi desvarío, pero es que al terminar de leer...Pum! se me ocurrió al instante la idea.(SPOILER).
Sinopsis: Novela inolvidable, donde el humor y el amor a los seres humanos se convierte en reflejo de cualquiera de nosotros, por eso el lector se reconoce en este universo literario construido desde la memoria y la poesía. La borra de café consta de cuarenta y ocho fragmentos y un enigma desarrollado en la imagen misteriosa de una mujer, la presencia de una higuera y la reiteración a lo largo de los años de una hora, las tres y diez.
Benedetti rescata, en un espacio de ensueño, las anécdotas que acompañaron a Claudio, el protagonista, durante su niñez en Montevideo.
Los juegos infantiles, la ceguera de su amigo Mateo, la inesperada muerte de su madre, el traslado a otro barrio, la nueva boda de su padre, su propio descubrimiento del amor y del sexo. Y presidiendo todo el recuerdo, el espacio mítico por excelencia: la casa, la identidad, la patria.
Las diferentes ceremonias de las despedidas son retratadas aquí, con maestría inigualable, por el escritor uruguayo.
Es la historia de un montevideano más, desde su infancia hasta ya su joven adultez, contada desde su propia perspectiva, a veces desde la visión de un tercero omnipresente y otras a través de las anotaciones en los borradores del padre de Claudio.
A través de esta historia conocemos a Claudio desde su infancia, las diversas mudanzas que hacía su familia, el micromundo que era para Claudio el barrio Capurro (un barrio de Montevideo) junto a sus amigos, la visión del mundo desde la mirada de un niño. Cómo veían que los adultos eran diferentes a ellos, cómo se asombraban de cosas que para ellos no tenían ningún sentido (como el Graf Zeppelin alemán, maravilla para los adultos, y una "butifarra plateada" para los niños), mientras que ellos descubrían un cadáver en medio de un Parque.
Su infancia me hizo acordar a la mía, esas infancias en las que uno jugaba con el grupo de amigos, en la cuadra de nuestras casas, hasta tarde, y cuando comenzaba a anochecer papá o mamá nos llamaban desde el portón para avisarnos que ya era hora de volver a casa, el clásico grito "¡A comeer!". Una infancia en la que nos conformábamos con poco, jugábamos al almacén (con piedras como monedas y pedíamos a nuestros padres paquetes de cosas de cocina ya vacíos), jugábamos a la mancha, a la escondida, jugábamos carreras, a carreras de bicicletas o a las muñecas (aunque no era muy frecuente en mi niñez), o simplemente nos sentábamos en algún muro a ver la gente pasar y hablar de nuestra visión de la vida.
También, el capítulo "Voces lejanas" me hizo recordar a cuando a mi padre le había dado la fiebre del radioaficionado, tenía los auriculares y la radio estaba prendida siempre, escuchando voces extrañas, lejanas y en diferentes idiomas.
Es una novela que a todo el que la lea le va a atraer recuerdos de su propia infancia y/o vida y evocarla como a un dulce recuerdo, incluso a tratar de recordarla lo más detalladamente posible, recordar nombres, lugares, cosas de aquélla época.
Luego vemos cómo empiezan a darse ciertos acontecimientos que delinean la entrada a la adolescencia y el adiós a la infancia. En Claudio resulta una etapa dura, díficil, pero una etapa al fin. Una etapa en la que su infancia comienza a ser un recuerdo. Empieza a ir al liceo (la escuela secundaria), su padre la da la llave de la casa, y comienza a utilizar el ómnibus sólo; comienza a conformarse una personalidad y a conocer Montevideo por su cuenta y no ya sólo su barrio, su micromundo. Comienza a descubrir el mundo del sexo, el amor y el futuro ("qué voy a hacer de mi futuro").
Y poco a poco va haciéndose su lugar en el mundo, su propia personalidad, sus propios intereses. Comienza a acercarse a personas que tal vez nunca le habían llamado la atención, como el caso de su tío Edmundo, quien lo adentra en el conocimiento de la política y la filosofía, quien le muestra cómo ser crítico frente a la vida. O cómo va relacionándose con su padre y su hermana de forma diferente, ya no cómo un niño, sino un adulto que tiene su propia opinión de la vida y la capacidad de la toma de decisiones. Todo esto hasta hacerse un adulto y seguir con su vida, ya que la novela no trata sobre "LA VIDA DE CLAUDIO" sino de un período de tiempo relativamente breve, sólo el período de crecimiento y de formación de Claudio, un período que se nos hace ameno y cercano porque, de igual manera o algo diferente, todos hemos pasado por esos períodos como lo son la infancia, la adolescencia y nuestro pasaje a la adultez.
(SPOILER) Y por último, quiero comentar mi teoría sobre el personaje de Rita (cada vez que leía el nombre me acordaba de Carminha, de la Telenovela "Avenida Brasil" gritando "¡la culpa es de
Rita!"). Para mi, durante toda la novela fue un misterio, aparecía así como así, no sé cómo hacía para localizar a Claudio, pero lo hacía y lograba darle vuelta la cabeza.
Bueno, sus apariciones eran esporádicas, pero van dejando huella en el personaje.
Entonces...mi idea es que Rita es la representación de la Muerte para Claudio, es como un miedo aceptado inconscientemente para él.
¿Por qué digo esto? Es que Rita tiene su primer aparición exactamente luego de la muerte de la madre de Claudio, la persona más importante para él, la alegría de la casa de toda la familia, y Claudio era sólo un niño. Me imagino que el fallecimiento de una madre, y principalmente a una edad temprana, deja huella. Entonces, de alguna forma Claudio, inconscientemente, proyecta su miedo a la Muerte en Rita. Rita es ése ser que lo apoya, que tiene gestos dulces con él, la primera que le brinda una explicación sobre la Muerte, la que lo cautiva, lo confunde.
Pero, esta hipótesis se me ocurrió al final, cuando Claudio sube al avión, rumbo a Quito. Allí vuelve a encontrarse con Rita, pero esta Rita parece más siniestra. Resulta que Rita estuvo en todos los acontecimientos relacionados con la Muerte, el Dandy, la madre de Claudio, una casa que no existe, y todo un montón de incógnitas que envuelven a Rita.
Y en el último minuto, cuando Claudio despierta y se encuentra con otra azafata, él logra superar ése miedo a la Muerte...porque ha logrado encontrar a Mariana, el amor de su vida, su ancla, ha logrado comprender las muertes que han ocurrido a lo largo de su vida y ha logrado confrontar la vida tal y como es. Espero sepan comprender mi desvarío, pero es que al terminar de leer...Pum! se me ocurrió al instante la idea.(SPOILER).
Debo admitir que no conozco mucho sobre autores uruguayos, Mario Benedetti es el único autor uruguayo que he leído en mi vida...y la verdad es que me dan ganas de sólo quedarme con él, con lo que él escribía, su estilo, su visión de las cosas, su forma tan benedettiana. Adoro leer a Benedetti, cada vez que lo leo me gusta más, lo entiendo más.
Su prosa es simple, nada rebuscada, como la de uno mismo. El contenido de su prosa nos hace recordad a nuestra propia vida, nuestra infancia, nuestras dudas, nuestras vivencias, sentimientos y vidas en general.
Es difícil sentirse tan identificado con lo que uno puede leer; porque a uno puede gustarle lo que está leyendo, le puede gustar un género literario concreto y disfrutarlo, pero cuando lo que uno lee refleja parte de la vida de uno mismo (así, como magia), eso es diferente. Pues, eso es lo que me pasa con Benedetti, siento la cercanía de cada uno de los párrafos y, de alguna forma, me hace sentir más yo misma en cada capítulo.
En fin, sus obras son realmente OBRAS, pequeños rastros de memoria que han tenido la oportunidad de permanecer en la memoria de otros inexorablemente.
Por cierto, que a pesar de que la obra entera me ha encantado...tengo un capítulo favorito, "Ese poco de equilibrio". Realmente me gustó mucho, me gustaron las reflexiones que surgieron entre Claudio y su tío Edmundo respecto a la bomba de Nagazaki, muy profundas, muy verdaderas, una visión de la guerra y las injusticias que son muy actuales. Aún, hoy en día, se ven cosas como las de Nagasaki, el problema de Medio Oriente, los ataques terroristas y los contra-ataques, la pobreza en el mundo, realmente reflexiones que no se deben perder.
Me gusta mucho Benedetti aunque he leído de él más poesía que novela. Me apunto ésta, que me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola :) Me alegro mucho. Realmente es una novela muy linda, Benedetti escribe muy bien en prosa, así que es muy recomendable. Un beso.
EliminarSe ve muy bien, ojalá pueda leerlo, lo tendré apuntadito =) Por cierto, te he nominado a un premio en mi blog de lectura.
ResponderEliminarBesos^_^
Hola. Que bueno que te gustó la reseña y espero que lo disfrutes cuando lo consigas. Wow, muchas gracias por tu nominación :) Un beso.
EliminarMe lo apunto, suena muy interesante. La lectura de tu reseña logró llevarme a los años de mí infancia, a mí grupo de amigos de la niñez, al barrio la Unión...Me sentí muy identificada.
ResponderEliminarBeso
Que bueno! Me alegra generar eso, aunque mi reseña es sólo una pizca de lo que realmente te genera la novela. Es de mis novelas favoritas, y siempre la recomiendo :) Un beso grande ;)
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